«La muerte de mi hija no fue suicidio, me la mataron. Aparte que le robaron, alteraron el sitio”.
Esas palabras hacen parte de un texto que esta mañana escribió Marisol Caraballo Montaño en su perfil de la red social Facebook.
Ella es la mamá de Laura Melissa Caraballo Montaño, de 27 años. A la joven la hallaron muerta el sábado 14 de agosto en la habitación 13B del edificio Calamarí, en Bocagrande.
Las circunstancias que rodean este caso tienen un tinte de misterio porque aún no han dado una versión oficial de lo que ocurrió. En redes sociales, sin embargo, amigos, familiares y conocidos de Laura Melissa aseguran que lo que sucedió con ella fue un feminicidio.
Se atreven a mencionar que el extranjero que estuvo con ella antes de morir en esa habitación es un ciudadano estadounidense que se hace llamar Chris, quien en noviembre de 2019 habría estado involucrado en la muerte de Jay Hein, de 51 años, cuyo cuerpo lo hallaron dentro de una casa incendiada, en Estados Unidos. La víctima presuntamente fue golpeada con un martillo.
En la página de Instagram Medellinismo, (https://www.instagram.com/p/CSt3be-MCS0/…), una amiga de Laura Melissa aseguró que la víctima fue engañada por un gringo buscado en USA por otro caso similar.
“Se ocultaba en Colombia y se hizo pasar por buena persona para convencer a Laura que saliera con él. Ella accedió confiando en su buena fe. Resulta que el tipo la drogó con Clonazepam y cuando estaba lo suficientemente dormida la asfixió.
“El hombre se lavó las manos e hizo ver que no se trataba de un crimen sino de un suicidio. Luego hackeó el teléfono de mi amiga y cerró todas sus redes para que sus familiares y amigos pensaran que estaba triste y así se justificara su muerte como suicidio”, cuenta la allegada de la joven, denunciando el hecho públicamente.
No se conoce un reporte oficial sobre la causa de la muerte por parte de Medicina Legal, Fiscalía o Policía Metropolitana de Cartagena pero, según sus allegados, el deceso habría sido por asfixia mecánica. Al parecer, a Laura la hallaron ahorcada.
“Algunos medios la han estado tachando de trabajadora sexual. Y pues no, Laura no era ninguna prostituta. Era una joven con sueños y deseos de salir adelante. Tenía tan sólo 27 años y le arrebataron su vida sin piedad”, agrega su amiga en Instagram. “La familia de Laura necesita que se sepa la verdad y que su nombre no quede manchado por una versión inventada”, puntualiza.