En San Diego «el bochinche está bajito” (es decir que circulan mentiras entre la población), dice la gente de este municipio del Cesar, localizado al norte de Valledupar.
Esta es la expresión macondiana que usan los sandieganos para referirse a los más de cuarenta chismes callejeros que circulan por estos días entre la comunidad, a través de pasquines y mensajes de texto en las redes sociales.
“Cuando pensai dejá al degenerado de tu marido”, “Ese con una cerveza que se toma ya se la moja la canoa y se la pide al primero que encuentra”, “Julanita, ajuciate, que tenei al pobre policía con más cacho que un corral”. Son algunos de los rumores mal intencionados que tienen agitado los ánimos de los habitantes de esta región.
‘El cachera’, ‘el orejón’, ‘el calvo pipón’, ‘boca agria’, y refranes populares como: ‘El que nace pa’ cabrón, del cielo le bajan los cachos”.
“Aquí la gente es dicharachera y le saca ‘punta’ a todo lo que escucha. Se están metiendo con mucha gente de la alcaldía, muchos de estos mensajes también tienen tinte político”, comentó un poblador de San Diego, quien prefirió omitir su nombre.
Agobiado por el escándalo de ‘alto calibre’ que generan estos comentarios, el alcalde de San Diego, Carlos Calderón, ofreció una recompensa de dos millones de pesos para frenar la ‘lengua a los chismosos’.
“Son comentarios personalizados que denigran la imagen de muchas personas y pueden llegar a ocasionar una desgracia”, explica el mandatario.
El alcance de los comentarios nocivos adquirió fuerza, lo que obligó al funcionario a programar un consejo de seguridad para analizar, entre otros asuntos, este tipo de rumores.