Familiares de María Alejandra Zúñiga Ríos están llenos de mucho dolor, pero a su vez sienten rabia en impotencia porque el responsable de la muerte de la niña, de 6 años, “se fue de la ciudad y no da la cara”.
Describen que el pasado 7 de septiembre, María Alejandra y una de sus amigas estaban en la tienda y al pasar por el lugar un perro de raza labrador, que estaba en ese tercer piso, se apoyó en una pared que siempre ha estado insegura y la derrumbó.
“Ese animal siempre se para allí para ladrar a todo el que pase. Y ya se le había advertido al dueño de que esa pared en cualquier momento se podía ir abajo. Nunca escuchó lo que se le dijo y ahora mire lo que pasó”, precisó el familiar.
Desde ese instante ambas niñas fueron llevadas a la Clínica de El Bosque por el golpe que le produjeron los ladrillos que se desprendieron. Sin embargo, María Alejandra no se pudo recuperar y permaneció hospitalizada hasta el domingo en la noche, cuando falleció. El estado de salud de su amiguita si mejoró y se encuentra con su familia.
“Vamos a emprender las acciones legales. Eso no puede quedar así, pues la pared sigue igual, no la han quitado y se pude seguir cayendo a pedazos. Ese señor nada que viene por aquí a responder”, dicen los parientes.