El paro que realizan los camioneros en Cartagena necesita urgente que el Gobierno Nacional centre su atención en hallarle una salida. Este jueves, los camioneros cumplen diez días de protesta y su tercer día consecutivo de bloqueo permanente al peaje de Ceballos y los estragos ya empiezan a sentirse en diferentes direcciones, afectando la economía.
Los conductores de carga pesada están firmes en su propósito, el desmonte de los peajes internos de Cartagena, apoyándose en el informe dado semanas atrás por la Contraloría General de la República que anota que la Concesión Vial ya obtuvo la tasa interna de retorno (TIR), es decir ya recuperó el dinero invertido en la construcción del corredor de carga. Ante esto, no solo los camioneros, sino conductores locales que transitan a diario por esa vía están solicitando desde entonces el levante de las talanqueras de las casetas y el libre paso sin cobro.
Pero son los camioneros los que están poniendo en jaque la situación porque este gremio es reconocido por su importancia en el repunte económico de cualquier región, y ante el ´plantón’ que protagonizan hace tres días ya empiezan a sentirse los estragos en distintas direcciones. No solo se está afectando el tráfico en la vía a Mamonal, obstruyendo la movilización de decenas de trabajadores que deben llegar a diario a esta zona, o confinando a los habitantes del corregimiento de Pasacaballos, que solo cuentan con esta vía para dirigirse a Cartagena, sino que el impacto en la economía ya se cuela entre los vendedores minoristas del mercado de Bazurto, entre el gremio exportador e importador, e incluso entre los propios conductores que permanecen en el bloqueo.
Al mercado de Bazurto ya no está llegando el número habitual de camiones a abastecer los puestos de la central de abastos, lo que empieza a reflejarse en los precios de los productos y en al alto riesgo de desabastecimiento. Por su parte, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI- Bolívar) ya emitió una S.O.S a la Alcaldía de Cartagena para que encuentre pronto una solución ante las graves consecuencias que el paro está ocasionado en el comercio exterior de Colombia debido a las interrupciones presentadas en el cargue y descargue de mercancías.
Las difíciles consecuencias del paro también la sienten los propios camioneros. Cientos de ellos no hacen parte del comité que dirige la protesta, pero a fuerza han quedado atrapados en la calamidad, engrosando la fila de vehículos pesados que empieza desde el sitio conocido como la báscula y se extiende varios kilómetros hacia Mamonal.