Alcalde Dau abre las playas pero aún no contrata a Salvavidas

Si hay un gremio fundamental en la reapertura gradual que se está haciendo de las diversas playas en Cartagena, es el de los salvavidas, personal entrenado y capacitado para atender de forma inmediata y eficaz las eventualidades que puedan sucederles dentro del mar a los cartageneros y turistas.

La primera en habilitarse tras el cierre por el COVID-19 fue Playa Azul, en La Boquilla, desde el pasado 1 de octubre. Y ayer la Alcaldía anunció la reapertura de tres playas más en Bocagrande paras las próximas semanas. Sin embargo, según contaron algunos líderes del gremio de guardavidas, todos siguen sin firmar contrato laboral.

Cabe recordar que desde finales de marzo, cuando llegó la pandemia, las playas en la ciudad y sus corregimientos quedaron clausuradas y estos 64 trabajadores recibieron orden de resguardarse en sus casas. Durante ese periodo, el contrato por OPS que tenían se venció y desde julio no han vuelto a recibir pagos. Incluso, hace una semana retomaron sus labores en La Boquilla, yendo por grupos en diferentes turnos, pero hasta el momento no les han hecho una renovación.

Un vocero del gremio, que pidió reserva de su identidad, manifestó: “Los salvavidas estamos trabajando en Playa Azul sin ninguna contratación, estamos estos días yendo por compromiso y posiblemente como siempre pasa estos días serán gratis, regalados. No tenemos seguridad social, si alguno se ahoga no habrá quién responda. Desde el Distrito dicen que ya tienen los contratos listos, pero hasta hoy miércoles 7 de octubre no han puesto a nadie a firmar”.En otras tareas

Estos 64 trabajadores, que son dirigidos operativamente por el Cuerpo de Bomberos de Cartagena y administrativamente por Distriseguridad, en estos primeros días en La Boquilla al parecer han realizado labores distintas a las habituales, justamente para garantizar que se cumplan las medidas de bioseguridad. Explicaron que algunos se ubican en las casetas, otros están en la playa vigilando, y otros están en las entradas tomando la temperatura a los visitantes y verificando los registros de ingreso.

Por la cantidad de salvavidas y debido a que solo hay una playa habilitada, no todos asisten al tiempo, por eso se dividen en turnos diarios y algunos grupos van cada dos o tres días.

Eso ha amortiguado un poco las falencias económicas que tienen porque no deben sacar dinero para el transporte diariamente. No obstante, temen que cuando llegue el momento de volver todos los días a sus puestos de trabajo habituales, sigan sin un peso en el bolsillo para sortear los diversos gastos.

“Nosotros acudimos a la Procuraduría en busca de ayuda y se le mandó un oficio a la Alcaldía pidiendo la celebración de los contratos, pero ni con eso nos ha atendido, los días han pasado y aún no nos resuelven”, añadió otro vocero del gremio.

Los salvavidas consultados aseguraron que tampoco les han entregado elementos de bioseguridad, y que los tapabocas, geles o alcoholes que usan son propios.

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