En el sector San José Obrero del barrio Olaya Herrera hay un silencio sepulcral desde que las balas apagaron la vida de Estiven Rafael Fuentes Tobinson en la noche del sábado.
El joven charlaba con unos amigos en el establecimiento de víveres La Costeñita, a eso de las 6 de la tarde, cuando dos hombres en moto aparecieron y uno de ellos le disparó varias veces.
Siete balazos recibió Estiven; sin embargo, logró ser ingresado con vida al CAP de Olaya. Luego fue remitido a la clínica Madre Bernarda donde lo sometieron a una cirugía y a las pocas horas murió.
Fue impactado en el tórax, brazos y piernas, pero en sus últimos suspiros salieron de su boca clamores de auxilio, según testigos. Familiares aseguran que “él andaba tranquilo por el barrio porque no tenía problemas con nadie”.
Un señalado
Sobre los sicarios, como muchas veces ocurre, hay poca información. Se supo que se transportaban en una moto marca Honda de color negro y que el parrillero, a quien identifican con el alias de ‘el Cachaquín’ fue quien disparó. Portaba una pistola.
Vecinos dicen que los sujetos huyeron hacia al barrio 13 de Junio, pero esto no ha sido confirmado por la Policía. Patrulleros, al parecer, intentaron perseguir a los matones, pero fue en vano.
Varias personas aseguran que la víctima, al parecer, tenía tres meses de haber salido de la cárcel San Sebastián de Ternera y que contaba con prisión domiciliaria.
La Policía Metropolitana no ha entregado reporte alguno sobre este hecho violento, ni sobre la víctima. Se desconocen los móviles del crimen pero toma fuerza un posible ajuste de cuentas aunque su familia dice que no tenía líos personales.